domingo, 22 de febrero de 2015

Historia de los instrumentos de CUERDA

FUENTE:http://www.hagaselamusica.com/clasica-y-opera/instrumentos/la-familia-de-las-cuerdas/
La familia de las cuerdas

La familia de las cuerdas

Hacer vibrar una cuerda es una de las formas más antiguas de producir un tono musical. El área proyectada por una cuerda es bastante pequeña y por ello una cuerda vibrante no produce un movimiento apreciable del aire que la rodea. Por esta razón, es costumbre acoplar a la cuerda una caja de resonancia, a fin de aumentar la salida sonora. La caja recibe las vibraciones de las cuerdas a través de los puentes de apoyo, y después las transmite al aire amplificadas.
La Lira es uno de los instrumentos de cuerda más antiguos de que le tenga conocimiento (3000 a.C. en Sumeria, y 1500 a.C. en Egipto). Relacionada con el arpa se cree que fue el instrumento que tocaba David. La lira alcanzó su máxima importancia en Grecia, donde una versión más grande, la Citara, era utilizada por los músicos profesionales. La lira se fabricaba con madera o con el caparazón de la tortuga; sus brazos eran cuernos de animales que sostenían un travesaño al que se sujetaban de tres a doce cuerdas, y la caja de resonancia era un trozo de piel extendida sobre el caparazón. Durante el período medieval, la lira fue remplazada por el arpa y el Laúd. 

El Laúd, un instrumento de cuello largo con un extremo chato y el dorso piriforme, se toca mediante la pulsación. Apareció en Europa en el siglo XIII, gracias a los cruzados que regresaban de Tierra Santa. Era el instrumento favorito en tiempos de Shakespeare (1600). Las últimas piezas compuestas para este instrumento corresponden aproximadamente a 1750, poco después de la muerte de Bach. En la actualidad se ha reavivado el interés por el laúd. Julián Bream en Inglaterra, es hoy uno de los principales ejecutantes del laúd.

Un Arpa de 2.500 años de antigüedad fue hallada en una tumba egipcia. Se utilizaban las arpas en Grecia y Roma antiguas. Es el instrumento nacional de Irlanda y Gales. Su forma deriva de la adaptación de las diferentes longitudes de las cuerdas, y ha evolucionado desde unas pocas cuerdas unidas a un arco hasta la forma actual, con cuarenta y siete cuerdas, y siete pedales. Se la toca pulsando las cuerdas por ambos lados. En una orquesta suelen hallarse una o dos arpas, aunque muchas obras importantes no incluyen pasajes para este instrumento.

La Mandolina se parece mucho al laúd, excepto que tiene una taza más profunda y un cuello más delgado. Sus cuatro conjuntos de cuerdas dobles se pulsan mediante un "plectrum". La pulsación produce el tremolo característico del instrumento. El tono delicado es el más conveniente para tocar las canciones de amor y populares de su Italia nativa. Mozart incluyó la mandolina en una serenata de Don Giovanni. Beethoven compuso unas pocas piezas para ella, y Mahler la utilizó en su Sexta Sinfonía.

La Guitarra tiene costados curvos como un violín y un dorso chato. Sus seis cuerdas están fabricadas con nylon o metal, y se tocan en los dedos de la mano derecha. Como el laúd y la mandolina, la guitarra tiene un mástil trasteado. Trastes son las tiras de metal que cruzan el cuello, elevándolo, y que ayudan al ejecutante a encontrar el timbre apropiado apretando las cuerdas con los dedos de la mano izquierda. La historia de la guitarra se remonta a 5.000 años, en tiempos en que la usaban los faraones egipcios. Los romanos la llevaron a España, y allí hacia 1500 se había convertido en el instrumento nacional. Ese mismo siglo, los colonos españoles llevaron la guitarra a México. Boccherini, Paganini, Falla, Albéniz y Granados son algunos de los  compositores que escribieron para este instrumento. Pero el español Andrés Segovia (1893-1987) fue el responsable de la recuperación del enteres por la guitarra como instrumento clásico a través de sus transcripciones de Bach y otros compositores. Mario Castelnuovo-Tedesco (1895-1968) y Joaquín Rodrigo (1902-1999), escribieron hermosos conciertos para guitarra destinados a la ciudad de Segovia. 

Los miembros de la orquesta

El Violín es el más popular de todos los instrumentos, y para él se han compuesto más piezas solistas que para ningún otro instrumento, con excepción del piano. Como tiene el timbre más alto, es decir "soprano", de la familia de las cuerdas en que se tocan los instrumentos con un arco, constituye la columna vertebral de la orquesta sinfónica, junto a la viola, el violoncelo y el contrabajo. Las más elevadas expresiones de música de cámara fueron compuestas para el cuarteto de cuerdas: dos violines, una viola y un violoncelo. Fabricado con unas setenta piezas de distintas maderas (arce, pino, ébano, peral y sicómoro) se encolan y barnizan las partes cuidadosamente delineadas. El tipo de madera determina el precio de un violín, de millones de dólares a menos de cien. Las cuatro tripas se fabrican con tripa, acero o nylon, y se las enrosca con un trozo de plata fina o aluminio, y se extienden a todo lo largo del instrumento; se las afina ajustando o aflojando las clavijas del cuello, Un puente de madera, fino y curvado, con muescas para las cuerdas, descansa en el extremo superior del cuerpo, a medio camino entre los orificios en forma de F. Un mástil de ébano descansa bajo las cuerdas a partir de las clavijas, y suministra una superficie dura donde el ejecutante puede presionar con los dedos en un gesto denominado de "contención", que es el modo de determinar el timbre.
El arco se fabrica con madera y crin de caballo. El control del arco es lo que determina al buen violinista. Al modificar la intensidad de la presión sobre el arco, el ejecutante acaricia las cuerdas o las fuerza. Puede moverse suavemente el arco, obteniendo tonos "legato" conectados, o agitarse el artefacto para obtener el "staccato".
Además de la capacidad del ejecutante, la calidad del sonido de un violín depende del tipo de madera y el tipo de cola y barniz, y esa es la razón por la cual continúa profundizándose la investigación acerca de los componentes de los mejores violines jamás fabricados, las de las familias italianas de los Amati, Guarneri y Stradivari, en la Cremona de los siglos XVI y XVII. Los violines de este origen ahora valen muchos millones de dólares.

La Viola también es un miembro de la familia de las cuerdas en el timbre de contralto. Un poco más grande que un violín, sus notas suministran un registro más grave. La ejecución responde a los mismos principios y se sostiene el instrumento bajo el mentón. Generalmente sepultada en las partes de acompañamiento, fue "liberada" por Gluck, que asignó a la viola partes importantes de sus obras. Haydn le asignó un lugar destacado en sus cuartetos de cuerda. Mozart tocaba personalmente el instrumento, y utilizó dos violas en sus quintetos; compuso dos hermosos duetos para violín y viola. Los compositores modernos han creado sonatas para este instrumento. William Primrose (1903-1982), nacido en Escocia, es uno de los violistas más grandes del mundo, y contribuyó a que ese instrumento adquiriese especial importancia. El compositor húngaro Béla Bartók creó un concierto para Primrose.

El Violoncelo es el bajo tenor de la familia de las cuerdas. Es tan voluminoso que el ejecutante debe sostenerlo entre las rodillas. Posee en la base una larga espiga que lo afirma en su lugar en el suelo. De notas individuales resonantes y gran sonoridad en los acordes pulsados, tiene un arco más corto que el violín, pero se lo toca con movimientos similares de los dedos. En los tiempos del barroco se utilizaba el violoncelo sobre todo como acompañamiento. Haydn y Mozart le asignaron algunos fragmentos importantes, pero Beethoven fue el compositor que destacó su resonancia, sobre todo en las cinco sonatas para violoncelo y piano. El compositor brasileño HEITOR VILLA-LOBOS (1887-1959) compuso una de sus Bachianas Brasileiras para ocho violoncelos, y dos para ocho violoncelos y piano. Chaikovski le asignó un papel destacado en muchas de sus composiciones. Schumann, Dvorak, Saint-Saéns, Elgar, Hindemith y Barber compusieron conciertos para violoncelo. Víctor Herbert, compositor de operetas, fue inicialmente violoncelista en la Orquesta de la Corte de Stuttgart, y compuso dos conciertos para este instrumento. Las seis suites para violoncelo sin acompañamiento de Bach son sugestivas obras maestras. Entre los violoncelistas destacados del mundo se cuentan el español Pablo Casáis (1876-1973), Gregor Piatigorsky (1903-1976) y Mstislav Rostropovich (1927- ), estos dos últimos rusos; Yo-Yo Ma, nacido en París en 1955 de padres chinos que emigraron a Estados Unidos en 1962, y Félix Fan (1975- ), norteamericano de padres taiwaneses, representan una nueva generación.

El Contrabajo es el instrumento de cuerdas de voz más grave. También se lo conoce como viola-baja. Tiene una altura de un metro ochenta, y para ejecutarlo es necesario estar de pie o sentado en un taburete alto. Las cuerdas son muy gruesas y el contrabajista debe poseer dedos muy fuertes. El contrabajo se utilizó sobre todo como acompañamiento, hasta que el contrabajista Domenico Dragonetti, amigo de Beethoven, demostró al compositor lo que el instrumento podía hacer; a partir de ese momento aparecieron fragmentos rápidos y grandes tramos dinámicos en las Sinfonías Cuarta, Quinta y Novena de Beethoven. Chaikovski incluyó el contrabajo en la iniciación de su Sexta Sinfonía. Schubert lo utilizó al comienzo de su Sinfonía Inconclusa, y lo agregó como miembro de su Quinteto La trucha. El solo de contrabajo más famoso describe al elefante en la obra El carnaval de los animales, de Saint-Saéns. El contrabajo remplazó a la tuba en las bandas de jazz de los años veinte; su pizzicato pulsado se convirtió en parte indispensable de la sección rítmica.
Serge Koussevitsky (1874-1951), director ruso nativo de la Sinfónica de Boston de 1924 a 1949, fue un virtuoso del contrabajo.

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